Estamos acá descubriendo tantos lugares, pero la realidad es que Buenos Aires siempre logra escabullirse por algún recoveco (damn you, Roger).
No, mentira, no es tan así. No es terrible. Es más, cada una se está reencontrando con ella a su manera. La miramos a lo lejos, desde otra perspectiva, como si tuviésemos una lupa en mano.
Sharon: Yo sí la extraño, y es esa sensación, que solía ser tan ajena a mí, con la que convivo acá. No es a lo cultural, ni a lo apasionado a lo que quiero volver – eso lo tengo, y de sobra – pero sí a lo cotidiano, a mi familia, mis amigos, a mi vida. A mi lugar. Por primera vez siento que tengo asuntos pendientes en Buenos Aires, que tengo que reconciliarme con ella. Viajé tanto a otros lados que ya se convirtió también en escapar. Y escapar es fácil. Por primera vez aprecio de verdad cada una de las cosas que esa ciudad me dio y me da; por primera vez la tomo en serio. Dentro de ese caos rioplatense hay un lugar que es mío que espera ser ocupado. En pocas palabras: sí, loco, quiero abrazar a mi vieja.
me encantó! capas
Comentariose me plantó un lagrimón