Bruselas: en círculos y verticales

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Madrugar con la intención de ir a Brujas, ciudad pintoresca a cuarenta minutos en tren de Bruselas. Tardar dos horas en conseguir un pasaje y ayudar a dos señoras españolas que están en la misma. Recorrer Brujas y tomar el tren de vuelta a las ocho de la noche. Prepararse para una aventura.

Sentarse en el piso del tren porque va repleto. Es domingo, es lindo día; todo el mundo tuvo la misma idea original que vos de ir a visitar la ciudad más turística de Bélgica. Conseguir asiento a la media hora del trayecto y sumergirte en una conversación con amiga #1, tanto, que te das cuenta muy tarde de que a amiga #2 las está saludando desde la plataforma de la estación. Verla por la ventana, intentar entender por qué amiga #2 está fuera del tren y ustedes dos no. Verle la cara de confusión y desesperación, su carcajada atragantada, mientras el tren sigue su rumbo con nosotras dos encima. Bajarse en la próxima estación, cruzar de lado, y esperar al siguiente tren que venga en dirección contraria. Subirse. Bajarse. Perderse en la estación central de Bruselas buscando a la amiga #2 perdida, encontrarla víctima de un chamuyo turbio. Escapar. Son como las diez de la noche, y es domingo. No hay peor momento para perderse en la ciudad.

No tener mapa. No tener celular con Internet; no tener wi fi; no tener celular. Confiar en la brújula interna de amiga #2, recordar de vez en cuando las advertencias sobre Bruselas. Es una ciudad europea insegura: hay asaltos. Intentar olvidarlo. Sentir un poco de ansiedad porque se hace tarde y nuestro anfitrión no sabe dónde estamos y no tenemos como avisarle, o disculparnos por llegar tan tarde. Caminar en círculos, escuchar la derrota de amiga #2: estamos perdidas.

Acto seguido, pedir indicaciones a un chico: no sabe inglés. De nuevo: pedir indicaciones a otro: sabe inglés y nos ayuda. Perderse un poco en la explicación por considerar que está bueno, un posible candidato. Concentrarse nuevamente al ver que ni amiga #1 ni amiga #2 entendieron una palabra. Concentrarse aún más al escuchar que sus indicaciones incluyen TOMARSE UN ASCENSOR – las cosas ya no son tan simples como ir a la izquierda o a la derecha.

Seguir dando vueltas en círculos y en líneas verticales (ese ascensor sí que es medio turbio) hasta finalmente llegar a la parada de autobús. Esperar media hora ahí y solo después darte cuenta de que el cartel que dice LIGNE DÉVIÉE significa, en francés y en otras palabras, que el bondi que estás esperando hace treinta minutos en una ciudad que no conocés, con un belga hijo de argentino que te aloja en tu casa que te está esperando hace dos horas, y con dos celulares sin red ni wifi, NO VA A PASAR.

Buscar otra parada. Divisar a lo lejos dos señoras que se acercan, reconocerlas como las españolas que ayudaste a la mañana a ir a Brujas, y gritarles. Asustarlas un poco hasta que te reconocen y dejar que te ayuden como pueden (moralmente más que de otra forma). Agradecerles el mapa que te regalan. Pedir ayuda a otras personas pero seguir perdiéndose.

Recorrer Bruselas de noche y que irónicamente te vaya gustando más y más, definitivamente más de lo que te gustó de día, aunque esté oscura y vacía. Conocer lugares que no habías visto de día y que seguramente vas a ver en el tour de la mañana siguiente, como el Mont Des Arts: un jardín inclinado en pleno centro de la ciudad,  iluminado con luces violáceas y azules, ambientada por la melodía de un saxista que toca bajo la luz de la luna. Reírte de vez en cuando, siempre.

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El jardín de Mont Des Arts, al día siguiente, pero de día y sin saxista. Fue la última parada del tour, claramente.

Subirse al autobús “95 BOURSE”, el que tenés que subirte pero que va en dirección contraria y rogarle al conductor por asistencia. Preguntarle cuál es la nueva parada, a dónde hay que ir. Dejar que una de las pasajeras se interponga entre vos y el chófer y haga de traductora aunque te crees mil hablando francés. Rechazar la oferta de que nos deje en la estación y bajarse del vehículo creyendo erróneamente que tenés la capacidad de seguir unas simples instrucciones y encontrar la parada por tu cuenta. Arrepentirte a las dos cuadras.

Ver frenar un patrullero, acercarte y darte cuenta de que la policía belga no te quiere ayudar, si no que está por multarte. La policía te está retando por cruzar una calle por la que no pasan autos, de noche, un domingo, porque el semáforo está en rojo. Ver irse el auto y cruzarla en colorado como venganza, oh dulce venganza.

Subirte a otro bondi cualquiera y bajarte al instante porque el conductor no está de un humor particularmente bueno. Decidir finalmente volver a la parada anterior y subirte de nuevo al próximo “95 BOURSE”, pero esta vez aceptarle la propuesta de que las lleve a la siguiente parada. Tomar otro camino para llegar a la estación y terminar en un lugar que no reconocés y cuando estás por vencerte, ahí, a la distancia, ver un único vehículo, un colectivo con un letrero iluminado que dice “95 WIENER”, nada menos que un milagro. Correr, cruzar la calle haciéndole honor a la sangre sudaca que tenemos, gritando, revoleando los brazos y rezando para que frene aunque no haya parada. Ver como se detiene. ¡Se detiene! Subirse y encontrarse con que el conductor es el mismo que ofreció llevarlas antes. Verlo reconocerlas y soltar una sonrisa, moviendo la cabeza de un lado al otro, incrédulo.

Llegar al departamento a eso de las once y media de la noche de un domingo, pero felices, llenas de adrenalina. Cenar sopa con Alex, el anfitrión belga hijo de argentino, y contarle la historia sin descartar detalles. Confirmar cómo te divertiste con Bruselas; como Bruselas se divirtió con vos.

3 comentarios en “Bruselas: en círculos y verticales

  • Contestar Michi 23/05/2014 at 7:45 pm

    JAJAJAJAJJAJAJAJAAAAA!! Se lo acabo de recitar a Loreta que no para de reir en voz alta!!

    CLAP CLAP shapita!! escribi mas de estos que lo haces muy bien y nos haces reir mucho!

    pd. dice loreta que busques desde ahora como llegar a Paris!

  • Contestar admiradora secreta 24/05/2014 at 1:37 pm

    papelon nacional

  • Contestar Lu Villanueva 27/05/2014 at 3:02 pm

    GeeeeniAl!,, jajaja muy genial shapita, que aventurs!

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