No hice mucho esfuerzo en conocer personas desde que me mudé a Génova. Lo confieso. Tenía miedo y el miedo aparecía como una vocecita que me suspiraba al oído que yo ya tenía una familia, que ya tenía a mis amigos y que estaban en otro lado. En otro lado que no era Génova, que no era Italia, que no era a dónde sea que yo me haya mudado. No necesito nuevas personas, me repetía.
Me lo creí, al principio, aunque sabía entonces y sé ahora que esa vocecita era mentirosa. ¿Quién no necesita de otros? Pensar que yo no fue un escudo para atajarme de los nervios y la vulnerabilidad que implica salir de las cuatro paredes exponerme en una ciudad en donde no conocía a nadie. Durante los primeros meses sirvió, pero después del cuarto ya no podía más, necesitaba mi gente, amigos con quien hablar, con quien salir, con quien ir al cine. ¡Lo que sea! Al final recapitulé y callé esa voz asquerosa e hice lo posible por enfrentarme al mundo. La tristeza que siento por despedirme de algunas amigas en Génova es evidencia de que – por lo menos al final – el esfuerzo rindió frutos.
Ahora dejo Génova y me mudo a Siena con el Tano, lo vivo como una segunda oportunidad.Una segunda oportunidad para remediar lo que no me animé a hacer la primera vez.
Estas ideas, entonces, son más que nada para mí pero espero que puedan ser útiles para otros también. Si tienen sugerencias o comentarios, ¡dejen un comentario! Así puedo ir actualizando la lista a medida que se sumen consejos. (Este post terminó siendo mucho más tecnológico de lo que pensé.)
¿Cómo conocer personas y hacerme amigos en una ciudad nueva?
1. Empezá una rutina
La opción más clásica y eficaz. Empezar a trabajar, tomar una clase de cocina, unirse a un equipo de fútbol… Involucrarte en una rutina es la forma perfecta y más fácil de conocer nuevas caras sin parecer desesperado. Tenés la excusa de hacer otra cosa y al mismo tiempo, sin darse cuenta, conocer a otros. No hay con qué darle: la frecuencia es la mejor aliada para salir del cascarón. Lija de una forma muy sutil – muy sutil – las barreras protectoras que tenemos.
2. Usá aplicaciones (como Meetup)
Meetup conecta gente de un mismo lugar con intereses en común. ¿Te falta un jugador para el torneo de ajedrez? ¿Te interesa ver charlas de TED con otras personas y discutirlas en grupo? ¿Buscás un grupo de meditación? Ciudades grandes tienen más eventos organizados y usuarios activos que otras ciudades más pequeñas, pero sea donde sea que estés, vale la pena averiguar. Si no hay un evento que te interese, crealo vos.
3. BUSCÁ LA COMUNIDAD #IGERS EN INSTAGRAM
Las redes sociales son la salvación. Instagram es una plataforma útil para organizar eventos comunitarios, solo hay que aprender algunos trucos para sacarle provecho. “Igers” es un acrónimo de “Instagrammers” y muchísimas ciudades tienen su propio hashtag local que facilita que las personas compartan fotos y novedades a través de él. #igersbuenosaires / #igersgenova / #igersbogota… yo no sabía que existía esto hasta antes de mudarme. A través de los hashtags de #igersgenova, me enteré había una salida fotográfica organizada con el apoyo de Canon, y que podríamos usar productos Canon gratis – lentes, cámaras y más – para probarlos. Al final del recorrido, imprimimos nuestras imágenes preferidas y nos invitaron también a un aperitivo para socializar. Steve McCurry, uno de los fotógrafos más importantes del siglo, dio una conferencia en Génova hace unas semanas y la comunidad de #igersgenova organizó un concurso en donde los diez ganadores lo conocieron. Hojeen qué se está organizando en donde estén y sorpréndanse.
4. DATE UNA VUELTA POR LAS BIBLIOTECAS Y LAS UNIVERSIDADES
Las bibliotecas y las universidades tienen algo muy importante en común: sus carteleras. Muchos eventos se comparten ahí, desde grupos de teatro a clubes literarios en inglés a emprendedores en busca de algún programador. Hay info sobre departamentos o cuartos en alquiler también, así que si todavía no sabés dónde vas a vivir, date una vuelta. Las carteleras son un espacio mágico donde se encontra hasta lo que no sabías que buscabas. Es un poco como el boca en boca plasmado en algo tangible. Una comunicación pública, analógica y comunitaria.
5. VIAJÁ DE FORMA COMPARTIDA
Si estás con ganas de visitar algún lugar, en vez de moverte en tren o en autobus, viajá con Blablacar o alguna otra plataforma similar que permita viajar de forma compartida. Uno pone auto y entre todos se comparten los gastos. (No sé si en Argentina o Sudamérica existe algo así… ¿Alguno conoce? En Europa Blablacar se usa mucho.) Es más barato y es una oportunidad para conocer a otros. Nunca se sabe, quizá tenés suerte y el conductor comparte tus mismos intereses y se hacen mejores amigos y si no, tenés al menos la sensación de que fuiste social las horas que duró el viaje. Hacer dedo es otra opción que yo nunca hice, pero que el viajero y escritor argentino Juan Villarino hace desde hace más de diez años por el mundo. Acá sus recomendaciones para el que quiera probar: Consejos para hacer autostop parte 1 y parte 2, y Mujeres que viajan a dedo solas por el mundo.
6. Contactate con locales en COUCHSURFING
Couchsurfing es otra plataforma de hospitalidad global que pone en contacto al viajero y al local. ¿Qué significa esto? Aniko Villalba lo explica mejor en su post “¿Puedo dormir en tu sofá?” pero básicamente te pone en contacto con un local que te aloja por unos días, todo en pos del intercambio cultural. Para el que viaja, es ideal porque profundiza más el contexto en donde está situado. Para el local, es una forma de viajar sin tener que moverse.
Si investigan un poco, encontrarán foros y grupos que organizan fiestas o eventos para reunirse con personas dentro de una misma ciudad. Conozco una chica argentina que se casó con un portugués que encontró en una fiesta organizada a través de Couchsurfing, así que no me digan que no sirve.
7. Ponete en contacto con los BLOGUERS del lugar
¿Por qué no googlear quiénes ya están allá? Así encontré a Sarah de ItalyProject365, una bloguer americana que vivía en Génova. Le escribí por Facebook para preguntarle si quería tomar algún café y así nos conocimos. El alivio que sentí al encontrarla fue inexplicable: alguien con quien hablar de la escritura, de nuestra condición de extranjeras en Italia, de proyectos nuevos. ¡Felicidad! Otro ejemplo es el de Caro Chavate. A través de instagram me enteré que estaba en Barcelona al mismo tiempo que yo. Charlamos en un café de sillas de colores y aunque ya no estemos en el mismo punto GPS, podemos seguir conversando y haciendo cosas, como artículos juntas. Las redes sociales son una herramienta poderosa. No tengas miedo de mandar un mensaje.
8. Andá a eventos
¿Qué movidas hay? Las bibliotecas y las universidades están llenas de afiches, y los museos y las municipalidades organizan cosas interesantes. Averiguá qué eventos hay e intentá ir a todos, o al menos a los que te generen un poquito de curiosidad. Lo más probable es que si te interesa, quienes vayan compartan ese interés. Punto a favor.
9. ANUNCIÁ QUE TE VAS Y QUE ESTÁS EN BUSCA DE AMIGOS
Te estás mudando así que necesitás toda la ayuda que puedas. Avisale a todo el mundo – TODO EL MUNDO – a dónde te vas y preguntales si conocen a alguien allá. Aunque sea el primo segundo del mejor amigo del ex de tu sobrina, todo ayuda. Quizá ese es el contacto que te sugiere cuál es el mejor barrio para vivir, que te revela dónde está el supermercado o que te invita a salir con sus amigos. ¿Quién sabe? Quizá es tu próximo jefe.
10. INTERCAMBIá tus CONOCIMIENTOS
¿Qué podés ofrecer que a otros le interese? ¿Quizás algún idioma? Practicar no siempre significa tomar clases, existe la opción de juntarte con algún local que quiera practicar tu primer idioma y vice versa. ¿Te gusta modelar? Muchos fotógrafos buscan modelos (o estilistas o maquilladores) y hacen proyectos juntos. Es beneficioso para todos porque amplían su portfolio y su práctica.
Y por qué no, publicar anuncios en los clasificados para vender algún servicio. Así empecé a dar clases particulares de español, además de mi trabajo oficial como au pair. Fue una de las mejores decisiones que tomé. Disfruté muchísimo de charlar de la historia, la literatura y la política del mundo hispanoablante con alguien interesado en mi cultura y que además me pagaba por hacerlo.
11. abrí UN BLOG
Lo repito una y otra vez: agradezco inmensamente a este blog por ser la carnada perfecta para acercarme a gente increíble. Se convirtió no solo en un espacio de reflexión y anécdotas, si no también en un atajo para conectarme con personas que quiero tener cerca. Es el ejemplo perfecto de la Ley de Atraccion pero con menos frú frú. Al escribir y compartir de forma pública lo que hago y lo que me interesa, es natural que quienes compartan las mismas inquietudes se sientan atraídos al blog. Es una forma también para contactarte con personas que antes no hubieras sabido cómo o que no te hubieras animado: les pedís una entrevista o los invitas a colaborar en algún artículo. Aunque es probable que dichas personas no estén en el mismo lugar en el que vivas, es buenísimo hacerlo. Gracias a Internet, todo está más cerca. Podés hacerte una página propia o crearte uno de forma gratuita a través de Tumblr, Wix, WordPress y más.
12. BUSCÁ GRUPOS EN FACEBOOK
Las formas en las que podemos buscar grupos son ilimitadas. Si sos au pair, seguramente hayan grupos armados donde puedas conocer a otras chicas en tu mismo lugar. Existe un “Argentinos en Liguria” al que quise unirme apenas llegué a Génova pero que por alguna razón no me aceptaron (y eso que apliqué como cuatro veces) (¿no seré lo suficientemente argentina con mi nombre?). Encontré también un “Argentinos en Toscana” pero ya mandé mi soliticud hace semanas y todavía no me aceptaron. Maldigo mi nombre. Como voy a estar cerca de Florencia, me agregué a un grupo de personas creativas – ‘Creative people in Florence’ – que buscan todos los días a personas para hacer fotografías, modelaje, actuación y más. Está buenísimo.
13. NO Tengas VERGüENZA
Esta es la clave. Vas a tener que sacarte de encima todas las capas de miedo e inseguridad y verguenza que estés cargando. Hay que ser caradura. Yo sé – creanme – que mirar una serie o skypear con una amiga es mucho más cómodo y seguro que vestirse, armarse de coraje y salir. Ser social y hablar siempre de lo mismo – la charla del clima que plaga cualquier primera conversación – cansa. Ir en busca de esa vida social requiere una medida enorme de valentía, esfuerzo y paciencia, como cualquiera de las cosas que valen la pena. Netflix puede ser consuelo un sábado cuanto no tenés programa pero… ¿cómo compararlo con el conectar con alguien? Con la sensación de saber que no pasaste desapercibido, que pudiste desahogarte, que te reíste mucho.
Imposible.
¿Tienen otras sugerencias para agregar a la lista y que me haya olvidado? ¡Déjen un un comentario que me encanta leerlos (y que voy a necesitar)!
Si seguís haciendo listas tan largas no te va a alcanzar el tiempo para estar con el Tano!!!!
El listado está muy bueno pero cuando encuentres laburo, empieces a pasear x el barrio buscando las cosas ricas que ya debes saber cocinar, cuides las macetas con hierbas que ahora sabes que necesitás, cocines sola o acompañando al tano cuando le toque, prepares el depto para recibir a algún pariente o amigo de los que ya “acumulaste” antes de empezar con la lista …. vas a tener que sacar un número al azar y si te queda un rato poner en práctica la idea!
❤️❤️❤️❤️❤️❤️
Jajaja, PAC antes del Tano! Este comentario es un mensaje subliminal para decirme que dentro de poco debo preparar el depto “para recibir algún pariente”? Miedo! 🙂