Mañana cumplo 25 años y me parece muy fuerte. Para festejar les voy a contar 15 cosas acerca de mí, 5 cosas que aprendí en estos años y 5 cosas que quiero para mi futuro cercano. Hasta ahí llegan mis matemáticas.
¡Empecemos!
10 cosas acerca de mí:
1. Soy la tercera de cuatro hermanas y la única que no es ni rubia ni deportista. Todas tenemos nombres raros: Jeanine, Michelle, Sharon y Denise. La única con la suerte de tener un segundo nombre soy yo: Sharon Eileen (pronunciado ai-lín) Borgström, que tuvieron que agregarme para aclarar el sexo (“Sharon” es unisex). Esto ha sido un karma tanto en Italia como en Argentina.
2. Hablo inglés con igual naturalidad que el castellano (o más). El 90% de lo que leo en inglés. Cuando necesita escribir con urgencia, el vómito literario me sale en inglés. Por eso tener un blog en castellano es un desafío. Crecí con una madre que nos habló en inglés y un abuelo de Irlanda que no hablaba español. Me enamoré del idioma muy temprano. A veces siento culpa por saber más inglés que español, no sé por qué; supongo porque no me hace sentir patriota.
3. No puedo mentir. Se me inflan las fosas nasales, me pongo roja y se me disparan los ojos para cualquier lado. Digo siempre la verdad y eso me mete en problemas porque no sé medirla: soy excesivamente honesta. Estas cualidades no me permiten ser canchera ni hacerme la ruda, fingir esa personalidad fría, calculadora y por encima de todo con la que a veces fantaseo.
Acá la estoy practicando un poco pero me falta entrenamiento.
5. A los 19 fui sola a Río de Janeiro a un congreso de activistas jóvenes. Éramos 300 de todas partes del mundo y dormíamos cada uno en una carpa. Vi una obra de teatro en una favela que involucraba inflables que me gustó tanto que si me cruzo a los actores en la calle los reconozco. Todavía no entiendo cómo me seleccionaron porque había gente muy grosa.
Me hice amigos mejicanos, chapines y americanos con los que sentí una hermandad inmediata, que después de retarme por no saber cómo estaba compuesto el mapa de Latinoamérica me lo enseñaron con mucha paciencia. Conocí también a Viet de Vietnam, que al despedirnos me regaló un kimono de seda azul eléctrico con un diseño bordado en la espalda que había hecho su abuela.
6. Me da vergüenza subir fotos con mi cara sin motivo. Para practicar a romper el miedo a la vanidad, este post va a estar empapelado de selfies. Solo porque sí.
7. Soy torpe y hago muchos papelones (otro motivo por el cual nunca seré canchera). Una vez le regalé una manzana a mi profesora preferida en noveno grado, solo para descubrir que estaba podrida, toda blanda y violeta. Otra vez participé en una carrera de natación en donde la única que competía era yo porque nadie más se presentó. ¡Salí en primer puesto en todas las clases! Me hicieron subir al podio —vacío— a recibir la medalla y todo. Dos veces.
8. Trabajé de demasiadas cosas: vendedora en un shopping, vendedora en una chocolatería, moza en caterings, de au pair, de ilustradora, cajera, traductora de inglés, profesora de idiomas, redactora, programadora front-end, recepcionista, desarrolladora web, pintora de velas náuticas y fotógrafa.
Con mi hermana una vez también ayudamos a hacer el control de calidad en una farmacéutica. Nos tuvimos que vestir con mamelucos blancos, pantuflas y gorras de baño para la cabeza. Aún así logramos que uno de nuestros compañeros —un calco de Rocky Balboa— nos chamuyara a la noche por Facebook.
En mi rol de vendedora de chocolates.
9. Soy introvertida. Eso quiere decir que necesito de mi espacio para recargar energías. Puedo charlar hasta las paredes y disfrutar de conversar pero después de un tiempo, mi cuerpo y mente se agotan y necesito estar sola. Caminar, escribir, leer, escuchar música… todo eso me recarga.
10. Durante mi adolescencia tuve una relación mental muy desordenada y obsesiva con la comida. Todavía quedan fragmentos de esos pensamientos autodestructivos con respecto a mi cuerpo y a lo que como y dejo de comer. Esto no es una sorpresa: es algo que le pasa a todas las mujeres que conozco. Esto me desespera y da rabia en igual medida.
11. Cuando Tom se fue a Londres para hacerse el transplante de médula, creé una página de Facebook en la que subíamos una foto por día para acompañarlo a la distancia. Cada foto tenía un cartel que decía “Fuerza Tom”.
Duró un año: 365 fotos y videos de amigos, familiares, personajes conocidos como Nito Mestre, Pupi Zanetti, Ricardo Darín y de personas que escucharon hablar del proyecto que querían darle fuerzas a pesar de no conocerlo. Recibimos fotos desde Siberia, Nueva York, Jordania, Brasil, Hong Kong, París, Marruecos, Tucumán…
Es una de las cosas que hice que más me enorgullecen. Un ejemplo de las redes sociales usadas con un buen fin. La última foto es de él con un cartel que dice “GRACIAS POR TODO”. Se la saqué yo.
El único día en el que mi flequillo rolinga se portó bien.
12. Quiero teñirme el pelo de azul desde que estoy en la secundaria pero no me animo.
13. A través de foros de Harry Potter, conocí amigas americanas, canadienses y brasileras, algunas con las que me llegué a encontrar en persona años después de haber formado una relación virtual. Nos mandábamos cartas y libros por correo en la época en la que a uno le daba miedo poner su dirección postal en internet. Con Elli, mi amiga inglesa, nos pasábamos un cuaderno Moleskine ida y vuelta a través del Atlántico y lo completábamos por partes con dibujos, collages y poemas. Nuestro cuaderno viajero y artístico.
14. Prefiero caminar y viajar en transporte público que ir en auto o tener que manejar.
15. Me siento igual que cuando tenía 14 años y al mismo tiempo una diferencia abismal con esa Sharon. ¿Cómo es que estoy por cumplir 25?
¡¿POR QUÉ ES TAN DIFÍCIL SER CANCHERA?!
Mejor me quedo con mis libros.
5 cosas que aprendí en 25 años:
16. La clave está en la cabeza: en la actitud y en la forma de ver las cosas. Tenés el poder de cambiar tu vida.
17. Nada a lo que aspiro sucederá a menos que empiece a hacerlo. Ya no espero más al futuro.
18. La vulnerabilidad ante todo. El coraje ante todo. La bondad, la empatía y la generosidad ante todo. El mundo necesita de toda la suavidad que podamos darle.
19. El miedo a lo que pensarán los demás es una de las fuerzas más potentes que rigen el mundo, y es destructiva. Lo más fuerte es que le tenemos miedo a algo que está vacío.
20. Reírse de sí mismo es lo más. Tener una relación de amor y de complicidad conmigo me hace feliz y se lo deseo a todo el mundo.
5 cosas que quiero en los próximos 5 años:
21. Quiero compartir lo que pienso cada vez más. Ya escribí demasiado para mí: llegó la etapa de mostrarlo. Con el blog, con libros, con ebooks, con talleres, con charlas, con videos, podcasts… quién sabe. Las posibilidades con internet son infinitas.
22. Quiero inspirar a otras personas a quererse, a ser mejores y a aspirar más. Convencerlos de que no hay una sola forma de hacer las cosas, decirles que su experiencia tiene validez, animarlos a expresarse. Quiero ser de utilidad y ayudar de la forma que pueda. (¡Mándame tu pregunta!)
23. Quiero moverme, viajar y ver otras formas de vivir. Conocer más y más y más acerca de este mundo en el que vivimos.
24. Quiero ser parte de un grupo que pueda considerar mi “pandilla”. Desde que me transplanté a Italia me quedé sin personas con quienes poner en práctica esta sed de exploración. Quiero armar una red de personas con las mismas ganas de hacer que yo, que miren el mundo con colores y sepan dilucidar los rincones en donde se esconde su magia. Quiero armar proyectos juntos.
25. Quiero seguir aprendiendo. Dejar que la curiosidad me guíe hacia nuevos lugares y ser una estudiante de por vida.
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Me encantaría que Cloé haga esta lista y vos que la estás leyendo también. Dejá un comentario y contame quién sos, qué aprendiste y que querés. Vos también formas parte de PAC así que introduzcámonos! Gracias por estar del otro lado 🙂 Y no te olvides de sumarte a nuestra comunidad que se vienen cosas nuevas y no quiero que te quedes afuera:
