Nada es original, roba de cualquier sitio que te resuene con inspiración o alimente tu imaginación. Devora películas viejas, películas nuevas, libros, pinturas, fotografías, poemas, sueños, conversaciones al azar, arquitectura, puentes, señales de trafico, árboles, nubes, cuerpos acuáticos, luces y sombras. Escoge solo cosas para robar que te hablen directamente a tu alma. Si haces esto, tu trabajo (y robo) será auténtico. La autenticidad es muy valiosa; la originalidad no existe. Y no te molestes en ocultar tu robo, celebralo si sientes que te gusta. En cualquier caso, recuerda siempre lo que Jean-Luc Godard dijo: “No se trata de donde agarras las cosas. Se trata de hacia donde las llevas”.
Jim Jarsmuch
Cloé está desenterrando su historia y rearmando su árbol genealógico, y su trabajo me hace admirarla más de lo que ya lo hago. Averiguar sobre las personas de nuestro pasado que llevamos hoy en nuestro cuerpo es un trabajo interior inmenso y movilizante.
Igual de importante es la segunda parte, el armado de otro árbol, no de la familia, sino de nuestras influencias. A diferencia del primero, este árbol no mira atrás, sino que está vivo ahora y se proyecta su sombra al futuro. Austin Kleon, quién me dio a conocer el concepto en su libro Steal Like an Artist!, establece la siguiente ecuación: cuanto más te rodees de buenas ideas, más cosas buenas vas a crear.
Kleon propone: buscá una persona creativa que te guste mucho y estudia todo sobre él. Cuando termines, encontrá a tres personas que ese héroe admira y repetí el mismo proceso con ellos tres. Cuando completes esos, hacelo de nuevo y seguí trepando el árbol a medida que crece. Llegará un momento donde en ese árbol, entre tantas ramas ajenas, empezarán a brotar las propias.
Todos sabemos esto, aunque sea inconscientemente. Es la razón por la cuál nosotras tenemos una sección dedicada a nuestros héroes y nuestras heroínas: tomamos el trabajo de quienes admiramos y las estudiamos enteras: diseminamos qué funciona y qué no, qué nos provoca, qué nos compele tanto e intentamos responder: ¿por qué nos gusta tanto? Y más importante aún: ¿cómo lo logran?
Somos estudiantes durante toda la vida. Hoy, más que nunca, me siento alumna (lo cuál es curioso, porque terminé la universidad hace meses y es la primera vez en mi vida que no estoy cursando estudios académicos formales). ¿Qué mejor manera de aprender que devorando de forma crítica todo lo que me rodea y que consumo?
Mis ramas no florecen todavía: sigo estudiando, pero me gustó mucho eso de averiguar los héroes y heroínas de mis propios héroes y heroínas (¡cierto que son humanos! ¡Y que también tienen ídolos!). Ahora, cuando recomiendan libros, cuentan qué músicos los formaron y hablan sobre las experiencias artísticas que los marcaron, sí tomo nota. Así como alguien puede reconocer mis influencias en mis creaciones, quisiera yo poder reconocer a otros en los trabajos de quienes admiro.
Cuando releo lo que escribo, puedo identificar la influencia de Leila Guerriero en el texto, cómo adopto su estructura, quizá tan presente en algunos textos que me podría reclamar por plagio. Sé, sin embargo, que adoptando los estilos de las personas que hacen un trabajo extraordinario es lo que me ayuda a encontrar mi propio estilo. Tomo de Leila lo que me fascina y dejo el resto; mañana lo combinaré con la calidez elocuente de Elizabeth Gilbert, con la empatía epidérmica de Cheryl Strayed y las remixearé, entre cientos de otros, y haré una mezcla que es mía y que es propia.
Lo mejor sería armar un árbol con héroes y heroínas de todo tipo de oficios y profesiones, extraer influencias de todas partes – fotografía, cine, baile, ilustración, música, cómics, poesía – y unir una con otra, de formas tan insólitas y tan coherentes que terminan siendo únicas, nuestras huella digitales creativas. Ninguna idea es 100% original, solo una nueva versión para contar algo que ya se dijo de formas diferentes.
¿Qué mejor que abrir los ojos y el resto de nuestros sentidos a la mayor cantidad de buenas ideas? Cuanto más conozcas, más podrás elegir cuales querés que sean tus influencias, descartar lo bueno de lo malo de lo mediocre.
A diferencia del árbol familiar, a este lo podemos crear de cero. Es otra forma de acercarse al arte también, desde un lado más íntimo y menos distante: nos podemos apropiar de todo el arte que existe, quedarnos con lo que queremos de cada obra, que no es más que sinónimo para decir: nos podemos apropiar del mundo entero.
Perfecto, pero ¿por dónde empiezo? Acá les dejo algunas ideas:
- Recopilar todo el material que les gusta, ya sea en una carpeta o en alguna plataforma digital, depende de cada uno. Yo prefiero digital y mi preferido es Tumblr porque podés subir fotos, videos, links, citas, textos y que se compartan fácilmente. Desde hace años que tengo una cuenta en la que colecciono mis cosas favoritas e inspiradoras, desde fotos impresionantes de una X que estoy stalkeando en Facebook a preguntas que se hacen en clase que me hacen latir la cabeza. (Por favor, nunca, nunca, nunca se olviden de nombrar al autor al que pertenece la obra que están robando. Es la regla de oro en el mundo de Internet.)
- Llevar un cuaderno a todas partes. Anotar en él todo lo que te llama la atención: fragmentos de conversaciones en el colectivo, pensamientos que vienen y se van, la forma espectacular en la que se vistió alguien, palabras interesantes, recomendaciones de obras, el sueño del que acabas de despertar, todo. Cosas que te hablen directamente a tu alma.
- Estudiar a un héroe en particular, desde su biografía hasta sus obras, y preguntarte: ¿qué es exactamente lo que me gusta? ¿Por qué me gusta? ¿Cómo lo hizo? ¿Cómo logró transmitir esto? Y por supuesto: ¿A quiénes admira?
- Averiguar qué estaban haciendo tus héroes a tu edad, cómo empezaron, qué tienen para decirle a quienes quieren seguir ese camino, etcétera. Por suerte existe Internet y podemos encontrar material de sobra. Siempre leo entrevistas porque es ahí donde se les hacen estas preguntas.
- No dejar de hacer preguntas. Prestar atención. Nuestro árbol de influencias está marcado por personas que sin saberlo se convirtieron en nuestros mentores, pero muchas veces el mundo mismo es nuestra influencia si sabemos dónde y cuándo estar atentos.
Todo se reduce a esto: prestá atención. A tus ídolos y al mundo. ¡Suerte!
No te pierdas la primera parte de este post: El árbol genealógico, o lo importante que es averiguar de nuestro pasado sobre las personas que nos hacen.
Siiii! chicas:C&S –
me inspiran- me encantan
NECESITO TRES VIDAS MAS!!!!!!
Me encantó! 🙂
🙂