Estoy cansada del cinismo, la practicidad y el poco entusiasmo.
Prefiero ver el mundo con anteojos de flores, vestirme raro y reírme fuerte. Quiero sonreír y que me sonrían, saludar y que me saluden, felicitar a quienes admiro y creer que todo es posible, que todo es posible, que todo es posible.
Quiero una vida de magia.
De colores.
De posibilidades.
De sorpresas.
De generosidad.
De chispas.
De crecimiento.
De carcajadas.
De esperanza.
Cada vez me doy más cuenta de que lo que necesito —y de lo que necesitamos tantos— es la generosidad de una sonrisa, de escuchar al otro, de decir las palabras que no salen fácil pero que curan. Voy a hacer siempre el esfuerzo de traer luz donde no la hay, incluso si eso significa para mí en un mal día.
Así de simple. Así de testaruda.
Allá donde haya gris, yo quiero destapar colores.
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Somos mujeres positivas, curiosas, profundas, independientes, celebradoras y ambiciosas. Si vos también lo sos, sumate que se vienen cosas nuevas y no queremos que te quedes afuera.