Esta palabra grandota – pa-ra-fer-na-lia – también viaja en el tiempo porque se usaba para referirse a los elementos que la mujer conservaba como propios después del matrimonio.
Llegué a ella por error: me pareció haberla escuchado en la letra de un tema, pero ahora que busco, no la puedo encontrar.
Igual, más allá de sus definiciones oficiales, me río pensando que se podría usar en cualquier contexto, más allá del tema de conversación. Podríamos disfrazarla con el significado que queramos y probablemente nadie lo note.
Entonces les propongo lo siguiente – para poner a prueba qué tanto sabe la gente de la la lengua castellana o que tanto se dejan seducir erróneamente por las palabras largas y desconocidas: usen el término “parafernalia” para referirse a cualquier cosa – como por ejemplo: “ese discurso fue una parafernalia, ¿no?” – y fíjense cómo reacciona la gente. Si caen o no.
Me sigo riendo imaginado oraciones hipotéticas. Después avísenos cómo les fue.
¡Adieu!