Quiero decir que siento magia cuando hablo de lo que me apasiona – de eso mismo que me compone – con otras personas que sienten lo mismo y que entienden.
Quiero decir que me gusta la confusión del despertar con imágenes superpuestas, rescoldos de los sueños de la noche.
Quiero decir que necesito producir. Que nada en el mundo me hace sentir más segura que valerme por mí misma.
Quiero decir que estamos siempre en movimiento, que me siento cómoda y a gusto con la persona en la que me estoy convirtiendo. La persona que soy. Quiero decir que soy una serie de fuegos artificiales en un cuerpo humano y que en tres, dos, uno voy a explotar y será radiante.
Quiero decir que hoy empecé mi jarra de la felicidad. Un recipiente de vidrio que una vez supo ser de café instantáneo guarda en su interior pedacitos de papel. Adentro de esos pedacitos de papel hay letras, trazadas con biromes diferentes, con detalles del día que me hicieron feliz. Algunos: 19 de julio: ricos cafés; 20 de julio: el club de literatura que estamos armando con C. y con L.; 20 de julio: despertarme temprano y que no me cueste.
Quiero decir que la gratitud, como todo lo importante en la vida, es una práctica.
Quiero decir que me siento cada día un poco más ancha: cada día un poco más invadida por una sensación que no me deja en paz. Me embriaga la noción de que nadie más es responsable de mí que yo misma. Quiero decir que esa verdad es enorme y pesada, que la degluto de a poco, pero que es la única forma que conozco para ser verdadera y absolutamente libre.
Quiero decir que para poder hacer, para poder crear, hay que estar solo y que para estar solo hay que amigarse con la soledad.
Quiero decir que le tengo respeto al rugido del viento, que quisiera diferenciar entre los agudos de los pájaros que escucho, que desayunar me da placer y que me gusta jugar con la ropa que me pongo todos los días. Que me divierte sorprender con comentarios a veces inadecuados, que nada me llena más que hablar de verdad y escuchar de verdad, aunque no siempre se puede pero se intenta.
Quiero decir que aprendí a decir que no y se me abrió un mundo.
Quiero decir que se acerca mi cumpleaños y que el mejor regalo que alguien me puede dar es un libro. El comentario sigue vigente para las Navidades e incluso para hoy, día del amigo en Argentina, por si hay algún alma rondando por ahí con ganas de ser extra generosa conmigo. (¿Mamá?)
Quiero decir que hoy es lunes y que la mañana huele a sol, que escucho a una nena hablando con su mamá del otro lado de mi ventana, que hay dos perros que conversan entre ladridos.
Espero que ustedes – los que duermen, los que madrugan, los que se están leyendo este conjunto de letras – lo empiecen igual de bien.
Aclaración: la idea de la jarra de la felicidad la tomé de Elizabeth Gilbert (autora y una de nuestras heroínas) cuando habló de ella en su Facebook. La había leído hace tiempo y me pareció una idea impresionante pero recién la empecé ayer. Veremos como crece con el tiempo. Ya estoy entusiasmada.
<3
y <3 <3 <3 por ayer
Que lindo como podes poner en palabras tantas cosas que me pasan a mi también! Me hace sentirte súper cerca 🙂
Y a mi tambien me ENCANTA la persona en la que te estas convirtiendo!!
Increíble la forma en la que escribes apasiona, no has pensado en escribir un libro!!! si lo haces avisame que seré el primero en comprarlo claro con envió a México. Saludos Sharon !!!
me encanta!! meter un arco iris en un frasco y sacarlo en tus momentos grises…..