No me odien por este post, pero es que realmente no puedo.
Mejor dicho, no quiero.
No quiero ponerme a analizar cada detalle de estos últimos cinco meses y sobre cómo me cambiaron.
No quiero hacer balances y cuentas. No quiero medir expectativas o ilusiones, o si cumplí mis metas o no (incluso, ¿siguen siendo las mismas?). Ni siquiera sé qué tanto quiero ponerme a reflexionar. Quizás no me di el tiempo; quizás es intencional.
Aprendí que a veces, tantas veces, no tiene sentido.
¿Para qué materializarlo, bajarlo a tierra? ¿Puedo hacer eso?
Es mío. Estos meses, esta experiencia, fue y es mía. Mía y de nadie más.
Más que pensar, en este caso pasa por el sentir. Por darme unos minutos, sentarme en algún lado, y sentir.
Y a veces, tantas veces, con las emociones, las palabras simplemente no pueden, no alcanzan. Las palabras, en el intento, mueren antes. Por suerte es así.
Me llegás al alma, Clotilinda. Siempre
Tan pero tan real lo que pusiste!! Y si, es tuyo y de nadie mas! Y lo sentiste todo a pleno, eso es lo que vale!! 🙂
“Simplemente no alcanzan”.
Que lindo talento que tenes,